¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
El pasado domingo publiqué en Voz Pópuli un artículo sobre el 15-O, «La moral de la indignación: en el nombre del padre«. En él sustentaba mis argumentos en algunas de las ideas de Ayn Rand: A mitades del siglo pasado la filósofa y escritora Ayn Rand explicaba que lo que hace del capitalismo el único... View Article
El pasado domingo publiqué en Voz Pópuli un artículo sobre el 15-O, «La moral de la indignación: en el nombre del padre«. En él sustentaba mis argumentos en algunas de las ideas de Ayn Rand:
A mitades del siglo pasado la filósofa y escritora Ayn Rand explicaba que lo que hace del capitalismo el único sistema económico moral en contraposición con el socialismo es que el capitalismo es un sistema social basado en el reconocimiento de los derechos de los individuos, incluyendo derechos de propiedad; es el sistema en el que la única función del gobierno es proteger los derechos individuales, es decir, proteger a los hombres de aquellos que intenten iniciar el uso de la fuerza física contra ellos. Por el contrario, el socialismo de izquierdas y de derechas incentiva a los hombres a vivir a costa del esfuerzo de los demás.
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La raíz de esta estafa no es evidente sino que ha consistido en la promesa del “bien de la mayoría”. Como explicaba Ayn Rand, ese concepto es una ilusión, un espejismo porque significa la entrega de la mayoría desprotegida al poder de una banda que se auto proclaman “la voz de la sociedad”, y que procede a gobernar empleando la fuerza física, hasta que es depuesta por otra banda que emplea los mismos medios.
La última frase del artículo es una cita de Barry Goldwater:
Un gobierno suficientemente grande para darte todo lo que necesitas es lo suficientemente grande para quitarte todo lo que tienes.
Una amiga de Facebook me recrimina el anacronismo de basarme en autores tan antiguos:
«T’as mu fuera de onda tú: Aynd Rand y ahora Barry Goldwater… Aynd Rand nació en 1906 en Rusia aunque pronto emigró a los Estaods Unidos y escribió su novela autobiográfica («Los que vivimos») en el año 36, es decir, 19 años después de la implantación del régimen soviético. Hace 25 años que murió. Barry Goldwater, uno de los políticos republicanos más derechistas, es contemporáneo de la anterior, ya que nació en 1909 y se le conoce, sobre todo, porque como candidato del Partido Republicano perdió de manera estrepitosa las elecciones presidenciales estadounidenses frente a Lyndon B. Johnson creo que en el 64. Anda, adelanta tu calendario hasta aquí y ahora».
¿Hay que basar los argumentos de uno en autores recientes necesariamente? ¿No hay pensamiento atemporal? ¿Las grandes obras filosóficas, aunque sean marginales o menos conocidas, ya no valen de nada?
Bienvenidos a la era de Belén Esteban.
10 comentarios
Efectivamente. Pienso que las ideas filosóficas son atemporales y pueden ser aplicadas en cualquier tiempo.
coincido con los argumentos de Rand en que apoyas tu artículo, esos no dependen de moda pret-a-porter alguna, si vamos a eso el mismo Aristóteles sería un carca. En fin, también Raymond Aron es antiguo pero su verdad sigue ahí, mientras tantos otros brillantosos intelectuales abrazaron con ganas la furia criminal de los totalitarismos.
Estupendo blog.
saludos blogueros
No te creas. Es un veneno con una gran capacidad de difusión, sobre todo entre jóvenes. Y los grupos USA Randinitas son sectas en sentido estricto. Ni siquiera tuvo la gracia pintoresca de una Madame Blatavsky. No. Ella era una salvadora del mundo, nada menos.
Se trajo de su Rusia natal la hybris alucinada de la que mamaron sus colegas bolcheviques, y cuya primera y fundamental floración describe a la perfección Dostoievsky en Los Demonios, que yo recomendaría como introducción a y antídoto eficaz a sus deplorables panfletos que llama con desparpajo «novelas». (Encima son unos ladrillos importantes, de cientos y cientos de páginas donde da rienda suelta a su gusto por el masoquismo, la crueldad y, sobre todo, la siempre vieja doctrina moral que en Occidente inaugura Trasímaco de modo formal en La República.
Una auténtica arpía.
Maaala… mas que maaala
¿Y sin embargo porqué no criticas razonadamente, como eres capaz, bueno, mejor un poco menos de erudición te vendría bien, o mejor, me vendría bien, y charlamos sobre el particular?
Asombrado me dejas. La histérica, analfabeta filosófica, manipuladora y líder de secta de Ayn Rand es uno de los personajes más siniestros que ha parido la era, como es siniestra su Nitzscheana concepción de la vida y las relaciones entre los hombres.Una divulgadora de tres al cuarto de una mal comprendida y peor asimilada tradición filosófica.Su canto a la inhumanidad de su super hombre individual, su basura de libros de propaganda, sobre todo de ella misma tienen, además , el sabor inconfundible de la inmadurez, de lo que puede pensar un adolescente hormonado en sus horas bajas, y que si pasa a la edad adulta se emponzoña en esa especie de «gloria in excelsis mihi» tan lamentable como profundamente malvado.Y subrayo esto último.
Te habrás quedao a gusto, majo.
Joer, pues yo llegué a conocer la literatura de Ayn Rand buscando textos que respondieran a mi propia manera de ver e interpretar la (mi) realidad… ( para referencias lease mi blog )
Ahora resulta que a mis 46 tacos, mi filosofía tiene «el sabor inconfundible de la inmadurez, de lo que puede pensar un adolescente hormonado en sus horas bajas»
Me has calado hasta los tuétanos, chico
Y conste que no coincido con todo lo que he leído de esta «adolescente inmadura»…
Me sorprendería, My lady, que le afectara que algún indignao de estos de ahora, que se creen postmodernos cuando piden algo tan antiguo y fracasado como el comunismo, le ha hecho sentirse mayor por defender ideales justos.
El valor de las palabras es eterno. Las palabras inteligentes serán eternamente inteligentes. La palabrería será eternamente palabrería. La filosofía de Aynd Rand es básicamente inteligente, quedando lejos de ser espiritual, ideológica o doctrinal, por ser tremendamente pragmática y de gran utilidad para ensanchar el conocimiento en todo lo referente a la superviviencia basada en la justicia del mérito.
Y como buenas razones son amores, pues transmiten gran felicidad a quienes las abrazan. Aynd Rand fue pródiga en buenas razones y mientras sean necesarias por su escasez y total validez, serán actuales aunque los ideólogos la cataloguen como una facha de la leche. También incurrió en alguna incoherencia de bulto. Se empeñaba en convertir el capitalismo en sistema político, cayendo en el mismo error que sus ‘contrincantes’ socialistas. También se obsesionó con el objetivismo desdeñando bondades y virtudes del subjetivismo, como respaldo fundamental del libre albedrío que nos procura libertad.
Eran sus excepciones que confirmaban sus reglas. Reglas de absoluta actualidad para hoy y para mañana, igual que lo fueron para ayer.
La capacidad de escribir en facebook o simplemente la capacidad de escribir no le hace a uno inteligente.