La ONU son los padres, Ricardo.
Cinco de enero. Millones de niños pensando que tres tipos con vestimentas exóticas, antiguas, extrañas, vienen de algún lugar ignorado y se deslizan por nuestras ventanas, o atraviesan las paredes, o hacen nosequé, y entran en nuestras casas. Son reyes, y son magos, de los que hacen magia Borrás. Y sabios. Los mismos que persiguieron... View Article
Cinco de enero. Millones de niños pensando que tres tipos con vestimentas exóticas, antiguas, extrañas, vienen de algún lugar ignorado y se deslizan por nuestras ventanas, o atraviesan las paredes, o hacen nosequé, y entran en nuestras casas. Son reyes, y son magos, de los que hacen magia Borrás. Y sabios. Los mismos que persiguieron la estrella hace dos mil años vienen hoy a traer juguetes a los niños. Noche de ilusión y esperanza, de fe en que te van a traer lo que les has pedido.
Pero, Ricardo, has de saber que los reyes magos no existen, son los padres. Como la ONU. Tu vota, pide, con toda tu ilusión, tu bondad. Pide desde ese guindo (que compartimos, todo sea dicho) al que andas encaramado. Pide que, seguro, seguro, que la ONU te va a traer el coche teledirigido, la cometa, el mecano, el Chiminova, la tabla de surf y todo lo demás. Tan seguro como que los reyes magos vienen cada cinco de enero. Misma probabilidad.
La ONU, que no está claro para qué sirve, a quién sirve, pero sí quiénes pagamos, nos pide que votemos porque están (de repente) muy interesados en saber cuáles son nuestros tormentos, preocupaciones, nuestras prioridades para lograr un mundo mejor. Oiga, qué gente tan buena, qué majos todos y qué esforzados.
Pues yo se lo digo: mi preocupación es que exista la ONU. Mi tormento es ver cómo la ONU se reúne y manipula las vidas de miles de millones de personas, vía esos representantes que no nos representan, con nuestro dinero. Mi prioridad es que dejen que las personas nos organicemos de otra forma, esa que está por descubrir y que ustedes mandatarios de la ONU temen tanto porque es la manera de esquivarles a ustedes, su hipocresía, su corrupción, su status quo y sus mangoneos.
Que son los padres, Ricardo. O peor, son los carceleros.
4 comentarios
Lo malo de la ONU es que es muy fácil evaluar sus fracasos, pero muy difícil sus triunfos. Ya que sus triunfos es que no pase nada. Que no existan más conflictos. ¿Conflictos? Los hay y muchos. ¿Y sin ella habría más o menos? Ahí radica la dificultad de evaluar semejante institución. De momento sólo sé una cosa, tras la I guerra mundial la SdN fracasó y hubo una segunda. Tras la II Guerra Mundial no.
Hola María,
cuando me escribiste para leer tu nueva entrada y me comentaste lo animado del debate, me dispuse acto seguido manos a la obra. Sin embargo, sentarme a escribir me ha llevado unos cuantos días. No se por dónde empezar, ni si este debate es realmente fructuoso. Y digo esto porque me parece una estupenda maniobra en un momento muy oportuno para hacer más amigable y bondadosa la ‘cara’ de una organización que nace con un espíritu muy claro de manipulación y control.
¿Regalos? … se han hecho muchos. Se hacen más. Y se seguirán haciendo.
De hecho, me da la sensación de que cada acción que mana de los distintos órganos y apéndices de la gran ONU no son más que ‘ofrendas’ para mantener entretenida a una población que lucha por sobrevivir. Y aquí sí, comparto absolutamente lo que expone la amiga de Ricardo, Sofía, cuando dice que la ONU se creó para evitar problemas mayores, para tener controlada a una población que podría llegar a representar un problema.
Eso es, un problema, y un problema muy serio. Pero la cuestión no es esta…. un problema… por qué? para quién? Si intentamos dar respuesta a estas dos simples preguntas hallamos una verdad dramática, que por cierto está detrás de que los programas, proyectos, acciones que se llevan a cabo y que tantas críticas han tenido no lleguen a tener los efectos tan deseados y procurados por los utópicos y entusiastas ilustrados y ciudadanos que ven en esta organización un ente que tiene poderes casi mágicos (acabar con los conflictos étnicos, reducir el hambre o la mortalidad infantil…). Evidentemente los objetivos de la organización son los de los países ‘donantes’… por eso sí es necesario mantener la ONU, es importante seguir destinando un capital a alimentar esta organización policial, es vital mantener el control !! O eso ‘debemos’ pensar los que nos encontramos en esta parte del mundo, no?
Fue un placer encontrarte el otro día en Madrid. Espero verte pronto y que podamos seguir compartiendo experiencias e ideas.
Un fuerte abrazo.
No sé quién es Ricardo, pero me sumo al manifiesto
Hola María,
la ONU nunca fue inventada para traer regalos (le la Carta fundacional y verás que allí promesas hay pocas). Fue creada para evitar problemas mayores. Y te puedo asegurar, que los evita -no todos los que debería, ni mucho menos, pero con lo que hace salimos ganando). Además no es el cuerpo el que falla, son sólo algunas de sus partes. Si lo que te preocupa es lo que tu pagas con tus impuestos para mantener a la ONU, te aseguro que si eres española, últimamente MUY poco.
Por último A tí, te puede dar igual que te pregunten porque tienes a mano miles de canales através de los que expresarte, entre ellos el que uso yo para responderte y en el que colgué el famoso link que Ricardo compartió y provocó este artículo y debate. Pero una parte enorme de la población mundial no tiene aceso a esos canales. Y para ellos, que se les pregunte por primera vez en la historia, es muy importante -no me lo invento, lo oigo todos los días de gente que aún sabiendo que causará limitado impacto, aún ve el beneficio de responder-. Y, te digo, se puede hacer mucho mejor, pero se hacen grandes esfuerzos para alcanzar a aquellos que ni siquiera saben escribir. Entre otras cosas, poner los temas sobre la mesa es ya un logro. Un logro de la sociedad civil, de la sociedad civil que trabaja día y noche desde NY hasta en Accra pasando por Kuala Lumpur, presionando para que aquellos a los que criticas (y con gran razón) abran la puerta. No se puede tirar el fruto de esos esfuerzos por la borda (y con ellos la esperanza de un día conseguir una sociedad global de verdad inclusiva). Porque esto es cuestión de pasos muy pequeñitos, porque queramos o no están ahí y mejor tenerlos bajo control que totalmente fuera de control y porque, al menos, que por nuestra parte no quede.
Un abrazo y ójala un día Ricardo organice una cenita para seguir charlando.
Firmado: una escéptica persistente.