París y la confusión

Que sí. Que cada mes hay un atentado en algún lugar del mundo. O cada semana. O cada día. Pero resulta que París es una ciudad vecina, donde muchos tenemos amigos viviendo, o tenemos amigos franceses en España, otros tienen familia, muchos más aún tienen un recuerdo. Es cercana. Y, lo lamento, pero el ser... View Article

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Que sí. Que cada mes hay un atentado en algún lugar del mundo. O cada semana. O cada día. Pero resulta que París es una ciudad vecina, donde muchos tenemos amigos viviendo, o tenemos amigos franceses en España, otros tienen familia, muchos más aún tienen un recuerdo. Es cercana. Y, lo lamento, pero el ser humano está configurado para sentir más dolor por el daño cercano que por el más alejado. Le pasa algo a alguien de tu familia y lo sientes casi en tu piel, si es de tu barrio te duele pero no tanto, si es de tu ciudad sientes que podría pasarte a ti, si sucede en un lugar remoto donde nunca has estado y donde no hay similitud en cultura o forma de vida, claro que te impresiona y te dueles por el ser humano al otro lado del planeta que sufre, pero no de la misma manera. Y si cada día hay un atentado en un lugar remoto, es terrible, pero nos acostumbramos y apenas oímos exactamente que dijo el del telediario sobre nosequé bomba nosedónde. Lo de París, además de cercano, nunca había sucedido.

Así que quienes os escandalizáis, insultáis y os horrorizáis porque la gente en facebook pone una bandera francesa y no pone cada día la bandera del país donde se ha producido un atentado, por más que éste haya sido sangriento, injustificado, brutal… conceded, por favor, a la sociedad el ser simplemente humanos, defectuosos, que sienten más lo que está más cerca. Claro que muchos lo harán para que lo vean los demás, hipócritamente. La hipocresía es la verdadera reina de Occidente y también muchos de quienes mostráis una actitud escéptica lo hacéis por lo que se suele llamar «postureo».

Una persona puso una foto de mal gusto en facebook y lo reporté. Me cayó la del pulpo. En primer lugar, ella se sintió halagada y aprovechó su momento de gloria para exhibir complejos. Era esperable. Pero lo que me sorprendió, y he tardado en saber la razón, es que quienes me afeaban haber denunciado la foto, que me pareció repugnante en ese momento de dolor tan terrible, no se dieron cuenta de que mi indignación se debía al dolor de la gente, no de los gobiernos. Yo me escandalizaba por la falta de delicadeza hacia las personas que estaban llorando a sus familiares y amigos, a las personas asesinadas. Y ellos hablaban de cuestiones que a mí, en ese momento, ni me iba ni me venía. En la foto, Hollande hablaba con Obama y le comentaba que ya se había ocupado del «auto-atentado». Obama le respondía que muy bien, que ya podían cerrar las fronteras. Claro que no sé si realmente los gobiernos están matando adrede a sus ciudadanos, a cientos, para cerrar fronteras. Tampoco sé si existen los reptilianos. Es muy fácil difundir una teoría de la conspiración y despreciar al que no la comparte con el argumento: «Tú también estás engañado». Yo creo que hay que mantener un punto de cordura. Pero sobre todo de respeto al dolor ajeno de la gente, de las personas. Y no me vale despreciar ese dolor blandiendo la bandera de la sangre de otros («¿Y qué pasa con la sangre de los sirios bombardeados por Occidente y por Francia?»). No justifico bajo ninguna circunstancia un atentado terrorista.

Otro de los fenómenos que se han producido es que si lamentas el atentado eres considerado por muchos un idiota que confía en que el Estado te protege. Y esto me preocupa más. No me importa que se cuestione si defiendo o no la libertad simplemente porque exprese mi repulsa ante un atentado. En realidad no me importa que se cuestione nada acerca de mí. Me llaman de todo hace mucho. Pero me preocupa porque veo que en general se confunde al pueblo con los gobernantes. Incluso quienes tienen más claro que los políticos hace tiempo que no representan a los votantes (incluso siendo votados por ellos), porque mienten, engañan, manipulan por debajo de cuerda, etc., incluso ellos están cayendo en la trampa. Y ya hay «sus muertos y los nuestros». Ya hay merecimiento y justificación de la violencia terrorista, por lo que hace Hollande, por lo que hizo el otro o por lo que hará el de más allá. Y a la vez, la esquizofrenia social, les lleva a diferenciar con mucho cuidado a los políticos de Siria con el pueblo sirio que huye y busca refugio. En ese caso sí se distingue pueblo/gobernante. En el caso francés, el atentado está justificado por las acciones de la OTAN.

Yo por mi parte sigo pensando que las organizaciones que dicen defendernos no lo hacen y que estamos atrapados en un sistema insano en el que la falsa representatividad y la pantomima del sistema electoral lleva a las personas a abandonar su capacidad de expresarse y casi de pensar. Por eso, gente adulta que toma decisiones relevantes con responsabilidad, que asume riesgos en su vida, de repente ya no están seguras de si hay que rezar por París, si dolerse por el atentado les hace cómplices de la OTAN o qué.

Este sinsentido se repite cada vez que hay un atentado, un ataque armado, una catástrofe. Es una situación que daña la capacidad de reacción de la sociedad civil. Alguien se preguntaba por qué nadie se había lanzado contra el tipo armado que les iba a matar. Falta de costumbre. No nos defendemos, pero lo que es peor, ni se nos pasa por la imaginación hacerlo sin permiso.

Las acusaciones, la justificación, la confusión generalizada. Me pregunto para qué todo esto. Me pregunto hacia dónde nos va a llevar esta merma social.

2 comentarios

  • Antonio L. Marmol dice:

    Estoy de acuerdo totalmente y como bien dice cuanto más cercano, mayor es el dolor. Somos humanos. Pero en el siglo XXI, nuestra democracia, respetuosa y tolerante, se puede convertir en el Caballo de Troya que la aniquile. Un problema complejo, que requiere soluciones complejas en un mundo de intereses económicos que nos llevan a pensar, que es, lo que no es.
    Buen articulo.

  • F J Hueso dice:

    Está claro que la gente que hace ese tipo de comentarios (y que acaba dañando, además de a las víctimas, a mucha gente de buena fe), nunca ha leído la «Teoría de los Sentimientos Morales» de Adam Smith. Pero pretender que lean algo educativo, lo que sea, eso sí que es una utopía…

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