Tú también eres troiko

Desde que Grecia se declaró en bancarrota y hubo que tomar medidas al respecto, la palabra troika ha invadido nuestro lenguaje, nuestros periódicos y nuestras vidas. Pero la palabra, de origen ruso, no es nueva. Así se designaba al equipo de trabajo formado por el presidente saliente, el presente y el futuro de la Comisión... View Article

Desde que Grecia se declaró en bancarrota y hubo que tomar medidas al respecto, la palabra troika ha invadido nuestro lenguaje, nuestros periódicos y nuestras vidas. Pero la palabra, de origen ruso, no es nueva. Así se designaba al equipo de trabajo formado por el presidente saliente, el presente y el futuro de la Comisión Europea, que pretendía conferir un aire de continuidad a la gestión europea. Hoy la troika comunitaria a forman la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. Es decir, son las tres patas de la mesa que suministran dinero a los países quebrados o en vía de  hacerlo.

Cada vez que los titulares de los periódicos nos alteran con visitas de hombres de negro que vienen a robar el pan de la boca de nuestros hijos estamos hablando de comisionados de la troika.

Pero, a menudo se nos olvida que aquí, troikos somos todos, porque somos socios europeos, aceptamos a Barroso como presidente de la Comisión, y tenemos nuestro comisario local, Almunia. Somos como todos los demás. Por otro lado, España también pone dinero en el Banco Central Europeo, cerca de un 12%. Y también pertenecemos al Fondo Monetario Internacional.

Somos troikos. Fuimos hombres de negro para los griegos, portugueses e irlandeses. Nadie se manifestó cuando «ellos» (esos ellos que somos nosotros) impusieron condiciones durísimas a Grecia. Nadie se preocupa de nuestra responsabilidad en las condiciones que se le están exigiendo a Portugal, por ejemplo.

Formar parte de Europa consistía en algo más que poner la mano para recibir fondos estructurales. De 1989 hasta 2006, España fue el país que más fondos estructurales y de cohesión recibió, seguida de Alemania, con razón por la enorme rémora que supuso la unificación. En el período actual 2007-2013, Polonia es el primer país receptor seguido de España. Unos utilizaron de una manera sus fondos y otros de otra. Ahora España está quebrada y Alemania no. No lo hicieron «a nuestra costa», nosotros recibíamos como ellos.

Y ahora toca formar parte de Europa también en la adversidad. No soy especialmente europeísta, soy más partidaria de la libertad individual que de gobiernos centrales enormes que regulen hasta el volumen de aire que respiro, sea desde Bruselas, sea desde la Moncloa, sea desde el Palacio de Correos de Madrid. Pero es de sinvergüenzas no dar la cara cuando las cosas se ponen feas. Y esto es lo que parece que quienes reniegan de la troika están haciendo.

Éramos troikos para recibir, y ahora hay que seguir siéndolo para cumplir.

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