Meditaciones en tiempos de pandemia 1: el rencor
El rencor es una emanación de la conciencia de inferioridad, según Ortega y Gasset. En tiempos de pandemia, cuando la incertidumbre y la frustración pueden hacerse con nuestra razón, bien merece una lectura este texto.
Dice Ortega y Gasset sobre el rencor en Meditaciones del Quijote:
El rencor es una emanación de la conciencia de inferioridad. Es la supresión imaginaria de quien no podemos con nuestras propias fuerzas realmente suprimir. Lleva en nuestra fantasía aquel por quien sentimos rencor, el aspecto lívido de un cadáver; lo hemos matado, aniquilado con la intención. Y luego al hallarlo en la realidad firme y tranquilo, nos parece un muerto indócil, más fuerte que nuestros poderes, cuya existencia significa la burla personificada, el desdén viviente hacia nuestra propia condición.
Una manera más sabia de esta muerte anticipada (…) consiste en dejarse penetrar de un dogma moral, donde alcoholizados por cierta ficción de heroísmo, lleguemos a creer que el enemigo no tiene ni un adarme de razón, ni una tilde de derecho.
Nunca pensé que viviría algo como una pandemia. Se suma a otras circunstancias extraordinarias de mi vida, inesperadas, repentinas, de las que explotan en el presente sin pedir permiso. La falta o el exceso de información, la desinformación, la dificultad para entender los intereses políticos colocados por encima de los humanitarios, la hipocresía, siendo comunes en situaciones como la que vivimos generan mucha frustración. La impotencia puede llevarnos a sacar lo peor de nosotros. Sin embargo, apuesto por una mínima reflexión necesaria. Hay que pedir cuentas pero no caer en el rencor. Ortega resulta inspirador y certero.
El “muerto indócil” poderoso cuya presencia nos cuestiona y revela esa envidia no asumida. Siente rencor aquel que no sabe mirar reconociendo lo bueno del otro, especialmente cuando ese otro no es afín a nosotros.No gana la batalla el que machaca al enemigo verbalmente denigrándolo en público y en privado. La gana el que sabe distinguir las virtudes y talentos del rival a batir. Por eso el rencor que tienen hacia uno es una victoria. Les has ganado por definición.
Pero reconozco más aún a ciertos personajes de mi alrededor mediático a los que Ortega describe en su segunda frase: alcohólicos de “cierta ficción de heroísmo”. Nada más se puede añadir. Que cada cual se mire en el espejo.