Banana République

El caso: el «affaire» Jean Sarkozy. El hijo del presidente de la República francesa fue nombrado gestor del EPAD, la sociedad que administra La Défense, el distrito financiero más próspero de la Unión Europea, a las afueras de París. Algunos datos: tiene 2.500 sedes de grandes grupos, como Total o Société Génerale, además de 150... View Article

El caso: el «affaire» Jean Sarkozy. El hijo del presidente de la República francesa fue nombrado gestor del EPAD, la sociedad que administra La Défense, el distrito financiero más próspero de la Unión Europea, a las afueras de París. Algunos datos: tiene 2.500 sedes de grandes grupos, como Total o Société Génerale, además de 150 mil empleados y 3 millones de metros cuadrados de oficinas. Ahí es nada para un estudiante de 2º de Derecho, que a sus 23 años milita activamente en el partido del padre y con éxito, por cierto.
Las críticas de nepotismo por la derecha, por la izquierda, desde dentro y desde fuera, no se hicieron esperar.

Pero eso no fue todo: a la gente no le ha hecho ninguna gracia y han forzado la renuncia de Jean, quien finalmente ha preferido optar un puesto en el consejo de administración, compitiendo con una candidata del partido socialista, a quien ha ganado, todo sea dicho, limpiamente.

Lo genial es cómo ha conseguido la sociedad francesa que el joven Sarkozy tome esa decisión. Un grupo de ciudadanos decidió crear un «hilo» en Twitter #bananarepublique (hay otros como #jeansarkozypartout) y un blog www.bananarepublique.org, en donde canalizar la indignación popular. Su comunicado de prensa lo dice todo (traduzco por mi cuenta):

#BananaRépublique vous propose de «célébrer» dignement l’entrée de notre pays dans la farandole des régimes bananiers; ces pays où les dauphins succèdent au père, où la naissance et le pouvoir de l’argent font tout…
(#BananaRépublique os propone «celebrar» dignamente la entrada de nuestro país en la farándula de los regímenes bananeros; esos países en los que los delfines suceden al padre, en los que el nacimiento y el poder del dinero lo son todo…).

Así que propusieron un juego: del 19 al 23 de octubre cada cual compraría un plátano, le dibujaría una bandera francesa, se fotografiaría y mandaría la postal al sitio web. Ese plátano «mágico» sería como un teléfono conectado misteriosamente con el Elíseo (sede del papá de Jean), a través del cual cada portador de la banana presentaría su candidatura como presidente del EPAD. Algunos, incluso se ofrecieron para ser adoptados por Sarkozy (padre) dados los puestazos que consigue a sus retoños.
Además, convocaron una ciber-quedada en diferentes lugares de Francia, pero en especial en La Défense, distrito en conflicto, para el día 22 de octubre.

La cosa tuvo tal éxito que salieron en la prensa nacional e internacional (Times Online, BBC, France 2…) , y hoy, 26 de octubre, los de la idea (Olivier Auber, Jérôme Bourreau Guggenheim y Gilles Misrahi) han publicado un breve comunicado agradeciendo a la peña la imaginación y el esfuerzo.

Y ahí está el joven Jean, vencido por una banana y una sociedad civil, y con su orgullo impoluto trás haber ganado a la socialista Nadine García por el doble de votos, y sigue afirmando que su pasión es el servicio público. Lo va a demostrar como miembro del Consejo de Administración de una sociedad que gestiona 100 millones de euros.

Yo estoy por comprarme una banana para usarla como teléfono, a ver si consigo un puesto en el ayuntamiento de Barcelona, o el alquiler de un chalet en La Florida de Madrid, reformado, por solamente 300 euros, un puesto en el Consejo internacional de Telefónica, o la dirección del Área Social de la Fundación La Caixa, que creo que se ha quedado vacante por traslado a Washington…

Como dicen ellos… NOUS AVOS LA BANANE!!!!

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