Javier & Javier

Un Javier me decía que no le gustan los «anti», que prefiere dar soluciones. Es más fácil denunciar lo que no hay que aportar lo que debería haber. Está claro. Y un paseo por Red Liberal, que no es sino una de las ventanas por las que me asomo, me demuestra que tiene razón. Después,... View Article

Un Javier me decía que no le gustan los «anti», que prefiere dar soluciones. Es más fácil denunciar lo que no hay que aportar lo que debería haber. Está claro. Y un paseo por Red Liberal, que no es sino una de las ventanas por las que me asomo, me demuestra que tiene razón.
Después, otro Javier, me trae de la mano a Marco Aurelio y me recuerda qué poco le leemos. Pues sí. Y me acerco medio de estrangis a las Meditaciones. Qué difícil escoger una parrafada. Voy a tener que tomármelo con calma. Estas cosas se saborean o ni se empiezan.

El último de los cinco buenos, gestor de un país a guerra limpia, nos deja una guía para superar ese espíritu de hincha que ha nublado el ventanal.

Ni seas negligente en tus acciones, ni embrolles en tus conversaciones, ni en tus imaginaciones andes sin rumbo, ni, en suma, constriñas tu alma o te disperses, ni en el transcurso de la vida estés excesivamente ocupado. Te matan, despedazan, persiguen con maldiciones. ¿Qué importa esto para que tu pensamiento permanezca puro, prudente, sensato, justo? Como si alguien al pasar junto a una fuente cristalina y dulce, la insultara; no por ello deja de brotar potable. Aunque se arroje fango, estiércol, muy pronto lo dispersará, se liberará de ellos y de ningún modo quedará teñida. ¿Cómo, pues, conseguirás tener una fuente perenne [y no un simple pozo]? Progresa en todo momento hacia la libertad con benevolencia, sencillez y modestia.

Continuará.

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